domingo, 21 de noviembre de 2010

   Cuando compré el Qashqai no imaginé que el blog tuviera una vida tan larga, los acontecimientos han transcurrido de forma poco esperada y el blog ha sido testigo y voz de ellos. En este momento creo que lo oportuno es profundizar, no en el comportamiento mecánico, si no en la respuesta de la marca.
   Vamos a analizar: la avería, el cliente, los medios de comunicación con la marca, el concesionario.
LA AVERÍA: la avería para mí era un "consumo elevado de aceite" aunque esto en realidad es el síntoma de una posible avería. Los motores se lubrican con aceite, el aceite consigue que la fricción entre las piezas móviles sea mínima, reduciendo el desgaste de dichas piezas. En la época del 600 cuando un motor pasaba de los 100.000 kilómetros, aumentaba el consumo de aceite y perdían potencia consecuencia del desgaste de los cilindros y segmentos. Hoy un motor consigue una longevidad mayor, con pequeñas perdidas de potencia y bajos consumos de aceite. 
   Cuando un coche nuevo gasta aceite (como el mío), puede ser consecuencia del diseño: el ingeniero ha preferido permitir un consumo más alto de aceite a cambio de resolver algún problema de fiabilidad, o de temperatura de trabajo, o cosas parecidas; si es así todas las unidades gastan aproximadamente lo mismo. O un fallo  de fabricación o montaje, que debe ser lo que le pasaba a mi coche.
   Si un motor gasta aceite, mientras que se mantenga el nivel, no debería pasar nada. Si mi motor no hubiera sido reparado es probable que salvo los 30 o 40 litros más de aceite que hubiera gastado en  los próximos años no habría notado nada. La reparación de mi motor ha debido costar unos 4000 euros, es fácil entender que las marcas tengan reticencias en estas reparaciones.
   Y hasta aquí la "AVERÍA", en la próxima entrada el cliente....

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